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>>/73439/ Ninia: Yo me mantengo con ánimos siempre que estoy con ustedes. Kurabi: Eh, sí, eso es muy bonito... Es lo último de lo que charlan las tres como grupo, antes de que Kurabi se separe. Es difícil de distinguir por la distancia pero puedes asegurar con cierto nivel de certeza que Kurabi hizo la misma cara de miedo que hace siempre que le propones un abrazo. En general es adversa al contacto físico y rechaza ese tipo de propuestas, siempre las tuyas con más vehemencia que las de las demás. Aunque cuando Ninia olvida esta característica tan propia de Kurabi y la abraza por sorpresa esta no hace muchos intentos por sacudírsela. ¿Tal vez ese tipo de táctica tenga éxito para ti también? Lamentablemente, ya está demasiado lejos para intentarlo, quizás otro día. Ninia: Mi tío es muy bueno, te va a caer bien de seguro. El mensaje de tus padres se hace esperar, y el tiempo no es el más paciente de los conceptos, por lo que platican mientras mueven las piernas. Ninia: Hacemos cosas juntos todo el tiempo. Siempre me lleva a jugar a alguna parte o hacer deporte. Cansa mucho, pero es divertido. La notificación de mensaje del teléfono que te dio Usagi al traerte a la ciudad suena justamente cuando las dos van pasando frente a tu casa. SMS: sta bien cari. Regresa ntes dla cna q ah es ora yegamos. Diveirtet :muack Mamá sustituta normalmente sirve la cena de 7 a 8 de la noche, si no se tarda demás por algún imprevisto. Tienes horas de sobra para llegar, no debe ser difícil hacerlo a tiempo... es lo que piensas al comenzar el viaje a la residencia Lindagami, un grave fallo de cálculo de tu parte, impulsado por tu falta de datos al hacer la predicción. Ninia: Cruzamos por aquí... y luego por el parque. ¡Es más rápido si vamos por el cementerio! La casa de Ninia, queda lejos. De verdad que queda lejos. Ninia: ¡Mira! ¡Allá está el templo que te decía! Resalta por las llamas que nunca dejan de arder, sientes su calor aún bajo los kilómetros de escaleras que te separan del incendio. Paisajes muy pintorescos los que hay en la ruta. Ninia: ¡Y aquí queda mi casa! Todo lo bueno tiene su fin. Ninia: ¿Ya te aprendiste como llegar, Misshi? ¿O cómo regresar a tu propia casa? Qué suerte que traes tus llaves... Ninia: ¡Puedes venir a visitar cuando quieras! Da para una pensárselo. La pequeña entra corriendo a casa, quitándose los zapatos en la entrada sin usar las manos o agacharse siquiera.