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> Dorothy
"¿Cirugía? Aaaaah, ya entiendo, entonces eras un punk o de esas personas que se hacen perforaciones o transforman sus cuerpos... Que cool" Dorothy se inclina para mirar de cerca la foto en el celular del medico. Por un momento piensa que le están enseñando a una clase rara de animal, pero luego nota los rasgos de Alexander en el chamuco. "¿Este eras tú? Sí que luces pequeño, casi como un diablillo. No sé como tus padres te dejaron operarte siendo tan joven" Señala y se vuelve a sentar. "Hace años tuve un novio gótico. Pero como yo era demasiado pequeña lo metieron preso y ahora es una gótica"
Alexander pregunta a Dorothy quien es su padre.
"Papí es papí, ni más ni menos. No creo que lo conozcas... A él jamás le agradan los chicos que me gustan, menos si descubre que tienes una esposa. Mira, aquí tengo una foto suya" Ahora es el turno de Dorothy para sacar su celular y enseñar una foto a Alexander, en este caso de su viejo, aparece con un delantal listo para encargarse de la barbacoa.
Mientras la conversación sucede, Dorothy tiene su pequeño jueguito bajo la mesa, toca de forma indebida a Alexander con sus pies, y él con la cara ruborizada permite se acto prohibido, hasta baja su cierre para que los dedos de la rubia, cubiertos por una media larga, acaricien con mayor facilidad y energía el bulto cubierto del Ucraniano. La Montana junta las manos y esboza una sonrisa inocente, se entretiene con las expresiones que cosecha de Alexander bajo su toque obsceno.
Pero al pequeño juego le toca terminar de momento, así que salen de la cafetería. Dorothy va de compras con Alexander, y le despluma pidiendo muchas cosas como advirtió haría. Nixx, Chanel, Louis Vuitton, Victoria Secret... Las grandes casas de la moda y lencería fueron el objetivo de la Montana, pero también pasó por tiendas más Pop, aunque no menos económicas porque la calidad en Berlín cuesta caro y ella no se iba a conformar con ropa de segunda mano, así que las tarjetas de Alexander fueron exprimidas al máximo, lo mismo con su efectivo.
Arrastra al medico dentro de cada tiendas mientras se prueba diferentes trajes y le pregunta cómo le quedan, haciendo poses muy provocativas que buscaban alterar aun más las hormonas del joven medico. Cuando el día se hacer tarde, Dorothy ya tiene varias bolsas de las distintas casas de ropa, las balancea en ambos brazos mientras avanza por la calle con pequeños saltos, feliz por el recorrido.
Se detiene junto al coche, espera a que Alexander tome las bolsas para ordenarlas dentro, y así partir a ver la película.