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Konahime jpeg
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Konahime es más pequeña y no tiene pechos ahora kek

Literalmente vivían en un agujero del cual para salir deben trepar, Haihime siempre tuvo que cargar sobre su espalda el lidiar con ambas, ahora más que nunca debía actuar como una hermana mayor.

Paso a paso, paso a paso Haihime veía el exterior del muro con ilusión, como una rana atrapada en un estanque queriendo saber si más allá realmente hay un océano... La pared era casi totalmente inclinada y estaba desgastada, pero con precisión quizá dada por el NEN o por su propio talento, veía exactamente donde pisar. 

—Falta poco, descuiden, saldremos, sin importar qué, se los dije, ¿No? Y hoy es el día.

Tiene a Yuki sin fuerza y desangrándose sobre su hombro izquierdo y a Kona siguiendo sus pasos sosteniendo su mano derecha... Hai no era la mejor alimentada tampoco, si las cargaba a ambas no tendría fuerza para subir y Yuki no podía caminar ya. 

Hasta que pasó un desastre obvio. 

"CLANK"

Sonó en una superficie de metal, era una piedra desprendida por el mal paso de Konahime, despertó a un perro, lo que despertó a un guardia... Y en pánico comenzó a escalar más rápido. 

—¡¿A DÓNDE CREEN QUE VAN?!, ¡SON NUESTRA ESPERANZA, NO ABANDONAREMOS NUESTRA ESPERANZA!

El hombre era mucho más rápido por obvias razones, pero Hai ya tenía mucho del camino hecho, solo faltaba un poco más, 20 metros, luego 10... Hasta que en la marca de los 5 el hombre casi las alcanza.

(¡Un poco más!, ¡Solo un poco más!, ¡Rápido, rápido, rápido, debo ir más rápido!)  

Pensó Hai mientras su mente, cuerpo y alma se rendían al cansancio, mientras Kona, ciega estaba desesperada, como si fuese a llorar aún siendo eso imposible y mientras Yuki veía directo a los ojos llenos de ira del guardia.

(Tan cerca, tan cerca, tan cerca, tan cerca.)

Se repetía constantemente, no por querer llegar, sino porque sus instintos le gritaban eso para incentivarla a tomar cada alternativa que hubiese disponible.

(Tan cerca, tan cerca, tan cerca... No somos sus esclavas... Yo... No soy una esclava.)

4 metros, 3 metros y el hombre estaba encima de ella. Ahí Hai tiró a Yuki hacia el hombre, mientras los ojos muertos de la más débil se abrían completamente... Ella chocó con el guardia y le hizo perder el equilibrio, lo que lo retrasó solo un poco. 

Tomó de la pierna a Hai con todas sus fuerzas y con ojos llenos de esperanza para que su hermana la recogiera por esa nueva oportunidad... Pero no lo hizo, en su lugar solo dijo algo inaudible por la lluvia y le pateó en la cara para que se soltara.

—Lo lamento...

Ahora sin la carga extra que representaba su hermana, la chica fue capaz de subir rápidamente y correr junto a su hermana ciega con todas sus fuerzas. 

—Corre, Kona, ¡Corre ahora! 

—¿Qué fue eso...?, ¿Hacia donde? 

Yuki cayó en el pecho del hombre y ahora este perdió todo el equilibrio, cayó y Yuki terminó encima de él, no muriendo por el cómo amortiguó su caída... El hombre por otro lado se partió el cuello mientras los otros miembros trataban de perseguir a las otras rodeando el lugar.

Yukihime nunca supo que Haihime corrió como nunca antes, lastimado sus pies mientras casi arrastraba a su hermana ciega. Y al estar ya seguras, al ser encontradas por la gente del ejército de Hanzo en su lugar, lloraron sangre mientras su piel se quemaba por la lluvia.

... 

Los hombres de Hanzo no aceptaban cultistas ni tampoco esclavistas, y cuando Haihime regresó al lugar, a su prisión, no encontró nada, ni a nadie. Y desde el momento de su escape, jamás dejó de torturarse en sus pensamientos. Siendo la única vez que sintió algo más que un vacío... Haihime sintió culpa.

... 

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