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< Lutile: Hora cero
En el transcurso de la semana, el cuerpo de Lutile sufrió un veloz deterioro que le costó el sentido del olfato y del gusto. Era caer la tarde, y verse asaltado por un agotamiento súbito que le hacía echarse en la cama y ser tragado por la inconsciencia, como desaparecer, hasta regresar en sí la mañana siguiente y sentirse real, con todos los desazones que eso trae. La dosis nocivas de Tabita poco a poco daban sus frutos.
Solo una vez durante uno de esas noches, salió a medias de su letargo, sin poder moverse ni musitar el más mínimo sonido, notó como un cuerpo cálido se restregaba contra el suyo, le aplastaba. Manos femeninas lo recorrían con deseo y desprecio, una lujuria que para una mente joven como la del pequeño Lu resultaba perturbadora y desconocida. Pero los jadeos que acompañan al cálido aliento y a la lengua que probaba cada rincón de su cuerpo, si la reconocía, aun en sus faltas de sentidos logró darle un nombre a quien lo abusaba: Su tía Tabita. Pero antes de poder guardar esa deducción en su cabeza, los efectos de las drogas se hicieron presentes y volvió a ser envuelto por la nada. Dejando todo eso como un sueño extraño o una alucinación.
El viernes Lutile ya no era capaz de salir de la cama, así que Tabita llamó a la escuela para avisar que su sobrino estaba muy enfermo y no era seguro cuando pudiera volver a clases. El sábado algo tan simple como formular palabras o sonidos entendibles se le hacía cuesta arriba. Canelo se le acurrucaba a un lado y soltaba sonido lastimero, como si presintiera el destino del muchacho ciego. El domingo Lutile amaneció muerto.
Tabita se encargó del todo, de organizar el funeral y cubrir cualquier anomalía en el deceso del joven. Lo primero lo anunción con bombos y platillos, llamó a sus contactos en los periódicos para tener lista la noticia: Fallece el último sobreviviente del atentado al Goldstein&Goldstein, revitalizando por última vez el caso y dando paso a una colecta que beneficiaría a Tabita, no solo monetariamente, sino también en su estatus social, pues durante la colecta conocería a un acaudalado burgués con el que se casaría pocos meses después. Lo segundo sería cubierto por un amante de la rubia que trabajaba en la clínica donde fue tratado del cuerpo de Lu, etiquetando la causa de la muerte como un deterioro interno fruto de los químicos a los que se vio expuesto durante el ataque bio-terrorista.
Tabita nombraría Lutile a su primer hijo en honor a su sobrino.
¿Qué sucedió con Canelo? Escapó de la perrera donde lo iban a sacrificar. Así que la historia de él continua, al menos un poco más.
Fin.