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-puto día de mierda.-pronuncia isamu mientras caminaba por las calles de akibahara con una clara señal de frustración en su rostro.
-primero los golpe de ese hijo de puta, aun no puedo creer que me haya dejado golpear tanto.-dijo tocándose las heridas del combate lo cual únicamente hizo que alejara su mano lo más rápidamente posible pues aún no estaba curado del todo.
-bueno, nunca pensé que sería tan fácil este negocio, por suerte solo tengo que golpear mucho sin pensar en nada mas, ya verán todos cuando llegue a las grandes ligas y me haga de mucho dinero nadie pensara que soy un inútil.-pronuncio a la vez que hacia unas fintas en medio de la calles.
-nunca más me llamaran inútil, nunca me faltaría dinero, nunca llegaría tarde a las ofertas del mercado, tendría tantas copias de llaves que nunca podría quedarme fuera de casa jeje…
-maldición ese sujeto todavía está ahí.-exclamo enojado mientras veía como el sujeto vestido de domo-kun se escondía pobremente entre las calles siguiéndolo, por un momento el incluso llego a pensar que podría ser un fan tímido buscando su autógrafo por lo que considero la idea de acercarse el mismo y ofrecérselo pero rechazo el pensamiento cuando se dio cuenta que así empiezan las historias de yanderes, primero te acercas con un buen gesto y al día siguiente estas encerrado en quién sabe dónde siendo ordeñado para engendrar mocosos de dudosa mentalidad.
-bien, me canse, es hora de demostrar porque mis piernas son admiradas en el ring.-dijo mientras giraba hacia la derecha en por un café local para luego empezar a caminar, un paso, dos pasos, en un momento ya estaba caminando tan rápido que prácticamente parecía que estaba corriendo.
-jejeje, veamos cómo te va con eso, domo yandere-kun.-exclamo con todo orgullo al ver que ya no tenía al acosador en su espalda, orgullo que rápidamente se tragó al ver que ahora lo tenía de frente.
“¿esta cosa es de verdad un humano? “Pensó mientras lo miraba fijamente con cautela, es entonces cuando el muñeco se inclina para tomar su mano.
-O-oye, si quieres algo tan solo tienes que quitarte el traje y pedirlo, no soy tan malo como mi apariencia lo dice.-dice nervioso mientras siente como cada vez más la mano del muñeco parece apretarse junto a la suya, en un momento intento mirar dentro del traje para ver si podía ver un rostro pero no vio nada, es entonces cuando el apretón de manos ya dejaba de ser divertido y empezaba a causarle un serio dolor.
-oye creo que ya es suficiente…-dijo antes de ser lanzado rápidamente hacia un callejo haciéndolo volar por todo el lugar hasta impactar con un tambor de basura.
-¿Q-que?- exclamo sorprendido, no se esperaba esa fuerza, demonios, ni siquiera se esperaba ser lanzado hasta la basura, cubierto de basura se levantó de ahí intentando evaluar que tan herido estaba, su mano aun le dolía y ahora la espalda le seguía pero no era algo de qué preocuparse, había sufrido más en el ring por lo que esto no era nada.
Levanto su vista y ahí estaba, domo-kun bloqueaba la única salida del callejón mirándolo en silencio.
-je, estoy entre las cuerdas, no sería la primera vez, aun así ese impacto me tomo por sorpresa, no me quiero ni imaginar lo que debe doler un golpe proveniente de ti.
Intento hacer memorias sobre porque alguien vestido como domo-kun iría tras él, ¿venia de alguien a quien le había arruinado las apuestas? ¿Acaso venia de parte del boxeador que derroto ayer? Lo que si era seguro es que domo-kun estaba parado a él, bloqueando la salida con ambas manos levantadas, incluso le dio la sensación de que lo estaba retando, sin más que hacer, se levantó, se posiciono y se preparó para combatir, por suerte siempre podía decir que lo ataco en defensa propia.
El primero en atacar fue domo-kun con un golpe derecho, rápido y sin dudar, por suerte para isamu esto no era nada, estaba acostumbrado a esquivar y el miedo a recibir un golpe con la tremenda fuerza que poseía el muñeco le daba esa adrenalina y estado mental necesario para esquivar el golpe y de paso propinarle un buen gancho al hígado.
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