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Mientras bajaba un olor asqueroso empieza a pegarle en la nariz. Rafael arruga la cara y comenta
Puaj, como que si era verdad lo que dijo el viejo. Aquí huele a muerte.
Entre los pequeños rayos de luz el logra alcanzar a ver una antorcha que yace en el suelo. Con una expresión de felicidad se agacha a recogerla pero una especie de moco se le pega en la mano lo que hace que salte hacia atrás de la sorpresa
Uwaaaa ¿¡Qué es ésto!?
Una sensación rara recorre su mano la cual le asusta un poco de lo extraña que es. El intenta quitarse el bicho pero no lo logra agarrar debido a su consistencia, el intenta quitarselo sacudiendo la mano, pero entre éstas sacudidas el logra divisar que hay más como ése ahí cerca. Un ligero pánico le entra al imaginar a todos esos bichos pegados a él, pero éste miedo lo transforma en algún tipo de rabia y pensando "¿¡Quien se cree éste bicho asqueroso para tocarme a mí!?" enciende su mano en fuego
¡Flaemis!
Una llama débil se forma en torno a su mano. Es la forma más básica de magia y el principio de la bola de fuego que le enseñan a todos en la escuela: concentrar la energía mágica en las manos. Magos poderosos pueden lanzar hechizos complejos de ésta forma, pero para alguien que no tiene tanta experiencia como éstos es mejor usar catalizador. Rafael usa así ésta forma básica de magia con una mano mientras con la otra saca su espada y con la punta busca de tomar el bicho quemado junto con la magia para darle forma de esfera y lanzarla contra el suelo; especialmente contra la antorcha para que ésta se encienda y le enseñe que es lo que hay allí