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> Dalia
"¡...!" La escritora es mandada a volar de un golpe en un costado y cae al suelo como una muñeca de trapo.
Se sienta sin mirar a la tal Henrietta. "*Sniff*" Sorbe por la nariz y contiene las lagrimas a duras penas por el inesperado dolor. Nunca nadie antes le había pegado, hasta donde puede recordar.
Sigue sentada, y con movimientos lentos desabotona la parte baja de su camisa, luego atrae hacia ella el maletín y saca una caja de curitas, las lleva siempre por si acaso se pincha los dedos con las puntas del papel. Se pone una en el área donde fue golpeada, luego se besa el dorso de la mano, y lleva el "beso" hasta ahí poniendo la mano contra el golpe. Con la misma lentitud de antes, se vuelve a abotonar la camisa para ponerse de pie. Con ojos llorosos empieza a andar hacia la salida.