No es estrictamente un final que quería que tuviese, pero escribí este para Fate cuando todavía lo hacía como un posible final para Caster:
El deseo de Caster se hizo realidad. Un mundo avanzado basado en tecnología a vapor. Su sueño fue completado durante la guerra al terminar y perduró hasta generaciones futuras. Las civilizaciones aceleraron el progreso a una nueva era que antes no era más que un sueño en la mente del difunto inventor...
El planeta Tierra agonizaba, el progreso voraz de la tecnología, la explotación de los limitados recursos, contaminación y guerras continuas lo habían empujado al borde de la muerte. El planeta estaba enfermo, sus habitantes podían sentirlo. La enfermedad se manifestó como múltiples fenomenos naturales destructivos y malignos, lluvias ácidas, terremotos y el deterioro general del ecosistema. Aire, tierra, agua, lo que no estaba en malas condiciones ya no existía, los seres que caminaban la Tierra ahora se arrastraban y perecían en las duras condiciones casi imposibles de sobrevivir.
Fueron largos años de una existencia difícil para el planeta y sus habitantes, pero, milagrosamente, la Tierra se recuperó. Como un hombre moribundo que lucha incansablemente con todo su sistema para sobreponerse al malestar que lo azota, la Tierra se levantó finalmente de la cama luego de recuperarse de su enfermedad. El planeta se sacudió el virus que lo plagaba: la humanidad. El 90% de los seres humanos murieron, un 9% logró traspasar los límites de la humanidad y se transformaron en formas de vida distintas capaces de habitar el nuevo mundo... el otro 1% tuvo destinos distintos que no caben en las otras dos categorías y son muy diferentes aún entre ellos para clasificar con facilidad.