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>>/6635/ >>/6668/ > Erzebeth hablaba de sus preferencias a la hora de luchar, el sabía lo eficaces que eran las lanzas comparadas a las espadas, pero aún así prefería las guadañas, la cual incluso era el símbolo de gran casa, además de eso, Erzebeth exijia mucho más dinero y a uno de sus sirvientes, el cual se asusta cuando es señalado por el dedo de la sucubo Podemos discutir lo del dinero, pero negociar la vida de uno de mis empleados... No, no importa su rango, señorita Erzebeth, a mis ojos, usted y yo somos idénticos a los empleados de esta casa > Parece que ahora Erzebeth estaba más dispuesta a aceptar el trabajo, por lo que el vallhell, convencido que no habría mayor problema, simplemente se sienta de nuevo en su trono mientras concentraba magia oscura en su puño nuevamente Bien, señoritas, ahora, para hacer que lleguen mas rápido, abriré un portal que... > En eso, Siren expresaba que que no podía hacerlo, aún era una inexperta y correría demasiado peligro haya afuera, a pesar de ser en la frontera en donde apenas y hay de que preocuparse, el valhell comprendía un poco a la oni, era joven después de todo y era normal que sintiera miedo, el señor de la guerra simplemente suspiraba para después desaparecer la energía de su puño No voy a mentir, es una pequeña decepción para mí, pero te entiendo, jovencita > Si bien, Victed expresaba estar decepcionado con la decisión de Siren, seguía tranquilo mientras que Erzebeth, por otro lado, no mucho > Cuando la sucubo comienza a molestarse, la cabeza de ella comienza a doler cada vez más, aunque a pesar de eso seguía gritándole a la oni, poco a poco iría escuchando un pitido cada vez más agudo en sus oídos hasta que comienza a escuchar su propio corazón latir, ¿Qué estaba pasando? ¿Sería uno de esos efectos de la maldición? Hasta donde sabías, si no aprendías a controlar la maldición, esta te controlaría a ti, y no importa desde cuándo la hayas tenido, el proceso para hacerte uno con tu poder regalado es sumamente complejo y requiere tiempo Mmmm... Miren, los recomendaré que se tomen un tiempo para hablar sobre la proposición y después vengan, son bienvenidas con los brazos abiertos si desean aceptar este encargo... > Sin nada más que decir, no les queda de otra más que retirarse a pensar mejor en lo que harían o en su defecto, buscar otra cosa para hacer...