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Rolled 24, 94, 96, 41, 32, 96, 15, 2 = 400 (8d99) >>/7724/ < Kaibil Omar: ¡Si avanzo...! ¡Sígueme! El gemelo arroja la dinamita, que vuela en dirección a Puzuzu, esta lo desvía con un tentáculo, luego con otro trata de aplastar a Omar, pero el kaibil rueda a un lado y lo esquiva. Don: Si me detengo... Aprémiame. El otro gemelo se las arreglas para bloquear y defenderse de los feroces golpes de Vicente. Ya a la siguiente pauta (Aquí abre el turno), Salvador lo decide, es el momento justo... "¡Si retrocedo...! ¡Matame!" --Habilidad secundaria: Espíritu del hombre. PB: 3/3 +20 ambos dados. Con su espíritu férreo y mentalidad forjada en las adversidades, Salvador batalla sin descanso (En este turno su vida no puede bajar de 1, y los efectos nocivos que le hubiesen puesto el enemigo como debuff, estados o anulaciones, se cancelan) Confía en su espíritu, confía en sus hombres, confía en lo que pueden lograr incluso si se le presenta como imposible. Da un salto hacia Vicente, planta un pie contra su cabeza y se libera de su agarre (Efecto nocivo es), y lo utiliza como trampolín para dirigirse en dirección a Puzuzu. ¡La ataca son su sable! Don: ¡Kaibil! El primer gemelo hace lo mismo, se libra de Vicente y corre en dirección a la abominación. > Habilidad Primaria: ¡A la de huevo! PB: 2/2 Embiste al enemigo con su rifle, poniendo contra el cuerpo de este la punta de su rifle, y disparando a quema ropa que ignora cualquier defensa o reductor de daño. Si Omar sigue en combate, esta habilidad no pierde PB. Omar: ¡Kaibil! Y su hermano hace lo mismo, dispara, pero también con su segunda acción arroja una dinamita. > Habilidad Primaria: ¡Dinamita! PB: 2/2 Arroja dinamita encendida al enemigo, en este turno este puede decidir intentar patearla lejos, y para eso necesitará gastar un ataque de 25/50 dados mínimos. En caso de no lograrlo, en el siguiente turno todos los enemigos recibirán 75 de daño por la explosión. Si Don sigue en batalla, esta habilidad no pierde PB. Todos: ¡KAIBIL! El ejercito entero se une en esa arremetida todo o nada. Salvador va delante, y no le teme al miedo, porque sabe que si lo llega a tener, sus muchás estarán allí para impulsarle a seguir adelante.