thumbnail of Crying.jpeg
thumbnail of Crying.jpeg
Crying jpeg
(17.37 KB, 554x554)
thumbnail of Makoto Kid.jpeg
thumbnail of Makoto Kid.jpeg
Makoto Kid jpeg
(41.16 KB, 465x659)
thumbnail of Makoto Teen.jpeg
thumbnail of Makoto Teen.jpeg
Makoto Teen jpeg
(31.54 KB, 663x462)
En la sala médica del hospital general Crateriano.

Ciertas personas, o no, estaban viendo el concurso con la boca abierta y sin poder creer los resultados. Miraban los resultados, luego a su hermano, luego los resultados, luego a su hermano y así hasta que les entró en la cabeza que Ouma ganó el segundo lugar técnico y el tercero oficial...

—¿Nosotros... Estamos totalmente seguros que los humanos no están ciegos? —Dice Rinka mientras mantiene el control del televisor.

—Yo diría que no, simplemente... Hay una gran brecha cultural... O natural... Demasiado grande diría yo, pero ahí están los hechos. 

—Realmente cualquiera puede ganar eso entonces, al menos la chica del primer lugar era bastante linda... ¿Deberíamos decirle, Kabuki? 

—Era hombre... Pero... Creo que Ouma está un tanto ocupado ahora como para preocuparse por eso... Dejémosle disfrutar un poco más.

Ambas miran a la distancia de toda la sala, es una sala de rehabilitación muscular, hay varias máquinas destinadas para eso ahí... Sosteniéndose del torso de su hermano, alguien llegaba a una meta. 

—Eso es... Perfecto... Vas mejorando poco a poco, ahora de nuevo, esta vez sin sostenerte de mi. 

Uno de los Kuruta regresa por donde vino de aquel camino con soportes para las manos, para aquellos que buscan volver a caminar otra vez.

—Es más decirlo que hacerlo, sabes, pero esto no es nada comparado a estar anclado a esa cama... Woah...

—¡Makoto! 

—¡Estoy bien, estoy bien! Solo necesito sostenerme de algo todavía, no pasa nada. Sigamos en esto... 

—Parecía que ibas a caer, bien, vamos, te estaré esperando aquí, sin prisas.

Pasa a paso, y pronunciando mucho el paso que dio y el próximo que hará, Makoto lentamente vuelve a caminar, aunque como resultado natural de su condición, sus piernas se han atrofiado por la falta de uso y la debilidad de su cuerpo.

Comienza bien... Pero le cuesta más y más cada paso, yendo más o menos por mitad.

—Makoto... ¿Estás bien? Podemos parar si es que no te...

—¡Estoy bien! Esto... No es nada, necesito caminar cuanto antes, quisiera al menos ir al baño o comer solo... No quiero ser más una molestia.

—No lo eres, jamás lo serás. Eres mi hermano, que esto haya pasado es por mi, toma el tiempo que quieras... Siempre estaré aquí, de eso puede estar seguro.

—Nada de esto es tu culpa. Lo que ocurrió cuando la bomba explotó, no fue tu culpa, en lo absoluto.

—Lo fue. Y por eso... Lo lamento. No tienes que ser amable conmigo, si hubiese estado ahí en ese momento...  

—¡Entonces ambos estaríamos así! —Makoto suelta las barras y da un alarido de dolor.

Sus piernas están muy débiles para hacer tanto esfuerzo, pero no cae, se tambalea llamando la atención de sus hermanas que están listas para ayudarlo, pero no cae y aún con el dolor, no cae.

—Sí estoy aquí, así, es porque confíe en ti, si no estuviste ahí fue por trabajo y para adaptarnos a este mundo... No sabíamos que pasaría... ¡Pero no tienes que disculparte, vuelve a hacerlo y te partiré el rostro!

Su cara es de agonía, es como si pisara vidrios y clavaran estacas en sus piernas, pero no caerá, no importa que, no puede permitirse caer esta vez.

—Un carga... Que pasa de una mano a otra, así fue desde siempre. Miradas de pena y lástima... Yo, ya... ¡Estoy harto!

Camina mientras que Ouma simplemente está ahí, recordando una simple promesa que hizo antes y que hasta ahora creía que falló miserablemente, "Protege a Makoto sin importar qué..." 

—Si todo el peso es demasiado para ti... Seré fuerte, y te ayudaré a cargarlo... ¡Yo también soy tu hermano, maldición!

Se cae, o eso pasaría si Ouma no detuviese su cuerpo, pero él llegó a la meta sin apoyo, sin ayuda, y termina aferrándose al cuerpo de su hermano. 

—Oye, Makoto... Tu cara, ¿Te cambió la cara? 

—Eh... No sé, no me he fijado. 

—Sí, si, estoy seguro, te está cambiando la cara... Parece que estás creciendo, por fin.

—Ya era hora... Creo que... Ya era hora, ¿No?

Ouma, se limpia la cara al final, mientras sus hermanas miran de lejos y deciden no interrumpir el momento. Él nunca supo que ganó el tercer lugar.