fe.settings:getUserBoardSettings - non array given[Hisrol] - Endchan Magrathea
 >>/8861/
Apenas voltear, vio una montaña de color negro detrás de él. Era un hombre macizo, con músculos definidos en cada parte de su cuerpo, una verdadera obra de arquitectura anatómica con una chapa que decía Sgto Jackson pegada en su pecho. Se sintió no intimidado, sino asediado por esa voz, tan profunda y tan gruesa como los brazos del sujeto que tenía en frente.
—Maldición, ¿pero qué come esta gente, esteroides?— El hombre sólo sonrió. Sócrates quedaba atónito por el monolito que le hablaba hasta que logró conectar las neuronas y con miedo de que uno de esos puños fuera a pasar a su cara si no lo hacía, se decidió por ir al comedor, servirse algo en una bandeja y poder comer de lo más tranquilo hasta su hora de morir. Tenía que guardar las apariencias, no podían descubrir que no debía de estar allí, o por lo menos, no vivo, la muerte que le darían no tendría la misma dignidad que la que él se daría así mismo.
Se fue directo a buscar su bandeja, contemplaba una fila enorme cuando empezó a sentir hambre. —Esto está tardando demasiado— decía indignado. —¿Qué tanto tiene que hacer uno para matarse?— dijo entre dientes. Miró alrededor suyo, vio al "monolito" vigilando desde la lejanía. —Espero que no me de problemas—. Cuando por fin llegó su turno de servirse, lo que le quedaban eran sobras. Tenía que comer algo, su estómago se lo pedía. —Maldición, si no me mato yo, me mata el hambre. Pero lo único que queda es esa bazofia— miró los restos de comida, cerró los ojos y con fuerza de voluntad acercó su bandeja para que le sirvieran lo que quedaba. Abrió los ojos y notó que lo que se supone que debía de comer, era una masa casi pastosa de un color semejante a moco espacial con un trozo de pan.
Se lanzó directamente a una mesa, la más vacía que encontró, estaba tranquilo comiendo su estofado espacial cuando notó algo raro. La cara de una persona conocida entre el público que empezaba a desalojar el comedor. El rostro lo miró y por fin pudo darse cuenta de quién era. —Así que él también está aquí— se dijo para sus adentros. Terminó de tragar forzadamente lo que le quedaba de comida y salió del lugar. Se giró por un momento para apreciar el lugar y luego se fue a donde el "monolito" para preguntarle algo.
—Oiga, Sgto Jackson, podría decirme donde queda el ala médica, verá, soy doctor. Es urgente que vaya allí— la gruesa voz le habló, le dijo a donde tenía que ir y de paso le deseó un feliz día. —El sujeto es agradable a pesar de su apariencia— dijo para sus adentros. Se fue directo al ala médica, Caminó por los pasillos hasta encontrarla, cuando cruzó la puerta se dispuso a buscar sus preciadas píldoras.