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> Bianka
“No soy una fisgona, simplemente le quería traer la toalla, si hubiera salido sin toalla, se hubiera mojado su ropa sintiéndose usted incomoda, algo muy malo, por lo que entre sin verla a usted, cerrando mis ojos, así cumplo lo que me pidió, y además la ayudo.”
> Digo nerviosamente para arreglar lo que dice mi ama, la cual luego de burlarse un rato de mí, me deja salir, sintiendo aun su mojado cuerpo en mi espalda incluso después de que la puerta detrás mío se cerrara, me pongo nerviosa y despego la camisa de mi piel y me encamino hacia una esquina parándome allí viendo todo, esperando una orden de mi hermana.
> Después de un rato recuerdo que eso molestaría a mi ama, ya que ella no quiere que actúe mas de esa forma, camino hasta una silla, la agarro, y espero una orden sentada en ella desde la esquina.
> Al verla salir, me levanto y me acerco, también acostándome en la cama algo incomoda, después de todo seria muy malo que yo este en una cama con mi esclava, aunque ella puede hacer lo que quiera con mi cuerpo si esa es su orden, pero mi ama es aún joven.
“Hermana, es una pervertida, igual la aprecio, es una buena chica, no paso tanto tiempo, unos cuantos minutos, no se preocupe, sabe que tengo mis maneras para perderme en mis pensamientos cuando no estoy al servicio.”
> Dice tranquilamente mientras mira hacia el techo y a veces hacia la chica a mi lado, para ver que siente.