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< Sonia: Martes 11 de enero, año 2590. 11:40 AM
La china se voltea a ver a la otra chica cuando la siente siguiéndola y la ve un poco más con sus ojos color rojo. Ninguna de las dos se dice algo hasta que el profesor levanta la voz para decirle a la ojirroja que regrese a su clase. Sonia ve como la niña desaparece en la distancia, tan silenciosa y repentinamente como apareció, muy misteriosa...
El profesor la haló del hombro y la dirigió de regreso al salón de mecánica para terminar la clase, al final no pudo averiguar lo que iba a hacer la otra niña con el engranaje brillosito.
< Tiempo 12:15 AM
La jovencita piensa un poco más en el asunto del reloj y en cómo funciona el espacio-tiempo en el mundo que habita mientras vuela camino a la comida, pero descarta esos pensamientos complicados cuando llega frente a un oso.
> Ah, una avión.
— ¡Sí! — Exclama con felicidad al oso que hablaba y entendía su juego, pensando que ha de ser más listo que el oso promedio —. Entregas Goodspeed, transporto cualquier paquete a velocidades superSonias. Ves, es que me llamo Sonia, y mis papás me dicen Goodspeed, y la vigilante me dio estas postales, y y y...
> Muy bonita postal la que llevas allí en la frente. ¿No tendrás una para mi?
— ¡Sí, toma! — Concede el deseo del oso, extendiéndole una de las muchas pegatinas que le regalaron —. La vigilante me dio muchas por lamerlas y ahora tengo que ir a la enfermería a revisar que no tenga huevos de mutaracha en la lengua. También voy a comer y llevarle comida a una niña que se golpeo la cabeza para que se sienta mejor. — Termina de contarle la historia de su vida al oso, le da las gracias por la comida y marca rumbo a la enfermeria a un trote menos rápido para que no se le estropease la comida embolsada.
< Tiempo: 12:20
A medio trayecto la acompaña un objeto volador no identificado, intenta no dañarse mucho los ojos al observarlo desde el piso e imita los movimientos de la nave en el suelo hasta que sus caminos se dividen.
Al entrar a la enfermería se encuentra con una masa gelatinosa con sombrero y su mente queda en blanco, su primer instinto es el de acercarle la mano para sentir su gelatinosidad como si fuese una mascota o un peluche.
> ¿Necesitas algo?
— Huevos de insecto... — empieza a decir, soltando lo primero que se le vino a la cabeza cuando el limo sin boca le habló — en mi lengua, creo que tengo — completa la oración ya con sus ideas en orden y deja de acercarle la mano al alien para abrir la bolsa que le dio el oso y ver sus contenidos —. También le traje comida a una enferma.