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> Bianka
> Luego de tener sexo lésbico de todas las formas posibles, mi hermanita se queda recostada sobre mi pecho, yo lentamente pongo mi mano en su cintura y otra en su cabeza, acariciando su espalda y su cabeza con ternura, yo también estaba cansada, había llegado junto a ella al orgasmo, pero ella me llamo hermana mayor, debo estar para ella en este momento, parece que lo disfruto mucho, yo también disfrute mucho estar con mi hermanita, fue bastante divertido mi hermanita definitivamente es una pervertida… Bueno, debería preguntarle donde rayos aprendió todo esto.
“Eso… Fue increíble Hermanita, la verdad no sabia lo que estaba haciendo y porque, pero estar contigo me hizo latir el corazón muy rápido, creo que yo también te amo hermanita, pasamos mucho tiempo juntas y nunca pude decirte cuanto apreciaba compartir contigo, pero tu fuiste la única que me dijo que yo era Humana, me escuchabas a mi y mis problemas a pesar de que no debía quejarme, nunca pude decirte lo que sentía realmente, porque… Yo intentaba ser lo mejor para ti de la única forma en que me era posible, y ahora, yo como hermana mayor te hare sentir feliz, te hare sentir bien y te protegeré, juntas cumpliremos tu sueño.”
> Digo mientras le doy un pequeño beso en los labios y seguía acariciando la piel desnuda de la chica y miraba al techo mientras algunas lagrimas corrían por mis ojos, ¿Nostalgia? ¿Felicidad? No lo sabía, y no creo que pueda llegar a saberlo, no entiendo este sentimiento, ¿Es el sentimiento de una hermana a su hermana pequeña? Es la primera vez que lo siento, algo tan intenso, ella es… Definitivamente seré su espada, hare todo lo que mi hermanita pequeña me pida, no hago esto porque sea una esclava, lo hago porque la quiero mucho, quiero mucho a mi hermanita.
“Por cierto, ¿Dónde aprendiste a hacer todo eso?”
> Digo riendo un poco cansada mientras sigo acariciándola, obviamente yo era mas resistente que ella, después de todo estoy entrenada para incluso no dormir si es necesario, pero ella es mi frágil hermanita menor.
Kek, ya estaban encariñadas antes mi negro, y lo siento por no invocar las manos, no quería alargar la escena del sexo