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Reinas
Ahora es mío.
> Observo de brazos cruzados cómo mijita lucha por no ser tragada por el agujero generado por mi corcho. Sus pataleos son entretenidos; su dignidad como reina deja mucho que desear. Algo como esto no es causa de sorpresa, mucho menos de angustia, trucos simples.
Todo sobre la Tierra y bajo los cielos nos perteneció a nosotras antes que a nadie. Así sigue siendo. Ya sea por derecho divino o de conquista. Si vemos una chica linda, la tomamos, si vemos una técnica que nos gusta, la apropiamos.
> Cancelo la succión. El agujero que quería desaparecer ya no es más, y de seguir corro el riesgo de tragarme a las chicas incorrectas. El fallo de un ataque en área indiscriminado que no distingue amigo de enemigo u objetivo de usuario.
Deberías sentirte honrada de que la mejoremos, de ser una técnica mediocre nunca nos habríamos ensuciado las manos con ella.
> Es imposible que estas manos puedan estar mas sucias.
> Formo una radiante sonrisa real para iluminar este lóbrego habitáculo. El ambiente es muy oscuro, le hace falta ánimo, el simple acto de curvar los labios hacia arriba es suficiente para subir la moral cuando lo hace un monarca a la altura.
(¿De dónde vienen estas palabras?)
> Sorpréndelos a todos, incluyéndote a ti misma, haz lo inesperado y nunca esperes mucho, di palabras solo por decirlas, sin pensarlas, y dúchalas con halagos hasta que se ahoguen en ellos, si se los merecen, juzga bien la ocasión.
Fue un buen cebo. Gevurah tenía buen diseño y una personalidad horrible, Jójma era un poco menos llamativa visualmente, pero más agradable. Había algunas inconsistencias en la historia, sobretodo en los tiempos y algunos otros detalles menores, pero todo eso son nimiedades. 8/10 Hiciste un buen trabajo y cumpliste tu cometido, te felicitamos. Es tu deber sentirte orgullosa.
> Las mentiras envilecen, no tienen cabida en la lengua de una gobernante, todos mis elogios son sinceros y libres de sarcasmo, son todos reales.
> Aunque esos nombres son lo único que no puedo dejar pasar. Gevurah, Keter, Jojma. Nadie se llama así. Ahora, Naamah, Jabal, Jubal, Zillah, Seth, Enoch, Lamec, Adam, Cain, Tubal-cain, Eva, Abel, esos sí son nombres reales. Pero estoy desvariando, el punto es que la niña hizo bien y su trabajo debe ser reconocido y propiamente apreciado. Dolor, observación, aprendizaje, esfuerzo y constancia son los pilares que levantan a toda maestra, con el tiempo ella podrá ser una maestra también, si no deja de practicar.
> Como un punto muy aparte, adoro desvariar y no voy a dejar de hacerlo. El deber de una reina es castigar, y para eso debo ser firme y justa en mis veredictos, castigar a un criminal con la misma fuerza que ellos emplean devolviéndoles sus propios ataques a la cara es solo una forma de hacerle justicia a mi cargo, dar sentido a mi gimmick. Solo darle a los infractores lo que se merecen por la infracción perpetrada.
> Balbucear. Es divertido y esencial.
(¿Dónde nos quedamos?)
> Descruzo mis brazos. Hay raíces creciendo de mis axilas. ¿Será por mi exceso de analogías referentes a los árboles? Irrelevante, se siente bien en el corazón del drogadicto y por ende no puede ser dañino.
No nos trajeron, siempre hemos estado aquí. La memoria es muy falible, este lugar sirve como un archivo donde resguardar las historias que la humanidad ha olvidado, aquí al menos nuestras chicas nos recordarán para siempre, y ellas también serán recordadas. Nuestro primer intento fue menos que ejemplar, hemos corregido nuestras fallas desde entonces, la práctica es indispensable si uno desea mejorar, esto es verdad hasta para los individuos más talentosos.
> Desde que evadí aquella estrella de cinco puntas que no doy un paso, y no pretendo cambiar eso pronto, puedo luchar desde aquí perfectamente sin siquiera mover un músculo.